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Un café con leche y una sonrisa

Esta mañana, cuando venía para el trabajo, me sucedió lo siguiente:

En la salida del Subte linea D, estación Catedral. había un chico pidiendo monedas para comprarse un café con leche. La gente le pasaba por al lado y no era capaz ni de mirarlo, literalmente, era un chico invisible. 

- Yo me quedé mirando la escena: Un chico arapiendo sentado en el piso con la manito extendida y pidiendo plata. 

No era irrespetuoso (como muchos otros), no tenía mirada desafiante (como muchos otros)... por el contrario, tenia una mirada triste que me torció el alma.


Cuando pasé por donde estaba él, atiné a buscar en la cartera unas monedas para darle, pero seguí de largo.. Me parecía que hacer eso era tan o mas frió que lo que hacía el resto de la gente que le pasaba caminando por al lado y no era capaz ni de regalarle una sonrisa o una mirada de esas que dicen: - No tengo pibe - aún sabiendo que eso es mentira.


Realmente la escena me torció el alma y el corazón.. así que a la salida del Subte, ni lo dudé... Ahí cerquita hay una panadería muy conocida para los que trabajamos acá en Microcentro llamada "La Piedad". Panadería que tiene unas cosas deliciosas dicho sea de paso.. 


Entré y le pedí a la señora que atendía en la caja:

- Un café con leche por favor.
- Como no... - me dijo la señora - ¿azúcar o edulcorante?
- Azúcar - pedí con una sonrisa - pagué y me fuí otra vez a la entrada del Subte. (Para los que no saben cuanto cuesta un café con leche, aprox sale $15.)

Bajé las escaleras y fuí directo a donde estaba el chico. Me miraba con una cara de sorpresa que no tengo palabras para describir.


- Tomá - le dije, y le sonreí con esas sonrisas que muestran los dientes muestras le daba el vasito térmico con el café con leche calentito recién preparado.


Lo agarró, sin sacarme la mirada sorprendida de encima. No me dijo nada, ni gracias, pero me regalo una sonrisa tan grande como la mía. Con eso me bastó.


- Chau - le dije. Me dí media vuelta y seguí camino.


Esa es toda la historia.


¿Porqué les cuento esto? 

Por nada en particular.. supongo que me pareció que contando estó, dejaba un mínimo ejemplo de que si se quiere, se puede. Esta es una de las miles de formas que existen para, con un mínimo gesto, hacer algo, aportar desde algún lugar. El día que nos demos cuenta que entre todos podemos cambiar el mundo, la cosa sí va a funcionar.

Buen fin de semana para todos!



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