Hoy tengo
uno de esos días... No se exactamente como explicarlo.
No digo
que el mundo esté en contra mío ni mucho menos.. pero tengo una sensación en el
pecho.. un latido un poco mas pesado, la mente revuelta, esa necesidad de hacer
algo.
Escribir
me hace bien, es terapéutico, dejo que la cosa fluya y después leo.. es como
que de alguna forma mi yo interior le escribiera a Yasmin, a mi, la que se ve.
Hoy me
pasa algo en particular, tengo la mente en blanco y a la vez, llena de cosas
que se mueven, van y vienen y se entremezclan en una maraña sin sentido que no
sé traducir.
El
resultado: Nada... Blanco.
Me miro
las manos desnudas inertes sobre el teclado. Mis uñas cortas hoy sin pintar. Mi
palidez de siempre. Algunos arañados nuevos, regalos de Dexter (el gatín mas
pequeño de la casa). Me pregunto ¿qué hago acá? Hoy no debería estar
acá.. Supongo que nunca debería estar acá.. pero a veces no queda otra. Hay
que acoplarse a las reglas de la sociedad moderna. Pienso lugares del mundo a
los que me gustaría ir: París, Egipto, Roma.. El glaciar Perito moreno, Las
cataratas del Iguazú.. Quiero comprarme un auto para mi, un escarabajo
azul, colgarle unos pompones al espejito y que nadie me pueda decir nada al
respecto..
Tengo
ganas de salir a caminar.. hace tanto que no salgo a caminar.. a mirar el
mundo con mis ojos particulares, esos que ven de la nada algo maravilloso, esos
que ven en la oscuridad ese destello de luz que lo vuelve a ese todo
simplemente perfecto...
Hace
tiempo que se me cruza por la cabeza la idea de hacer algo, hacer algo
diferente, sin las típicas ataduras que hoy existen. El problema es que todo lo
que se me ocurre en este mar de ideas infinitas ya está hecho.. Ahí es donde me
frustro, donde tiro la toalla y sigo un día mas.. y después otra vez, junto
fuerzas de donde creo no las hay y empiezo a pensar, y sigo pensando, y el
maremoto de ideas es cada vez mayor, pero otra vez me doy cuenta que no hay
nada... No veo el horizonte.
¿Dónde esta la genialidad? ¿Dónde
esta esa pequeña creativa que de un pedacito de papel tirado en el piso
generaba una bella composición rítmica llena de sonidos mágicos e increíbles? ¿Dónde
estoy? Supongo que buscando esa respuesta que busco hace ya no se cuanto
tiempo...
Cuando le conté esto que me pasaba a
mi marido, y le pregunté ¿qué hago? Supongo que con esta expresión de
preocupación y tristeza que tengo a veces, me contestó:
- Pensá, seguí pensando...
Palabras fuertes. Más teniendo en
cuenta que hasta ahora lo único que hice fue eso, y no llegué a nada. Tampoco
es que esperaba que me dijera lo que tengo que hacer, ni me diera la clave del
éxito.. Supongo que uno siempre espera que el otro diga algo que haga que de
repente, veas mas allá de lo que venias viendo y encuentres la tan buscada
respuesta. Bueno, eso no sucedió.
Y ahora siento angustia,
desconcierto, y un poco de decepción de no poder avanzar, de estar atascada en
este mar de ideas inconclusas.
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Yas