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S.O.S Verano (pensando como mujer y para la mujer)

Llegó la época del año en donde las mujeres entran en. Casi pisando Noviembre, anteúltimo mes del año es donde comienza el real calorcito, se guarda la ropa de invierno y se desempolva la pollera, la musculosa y las sandalias, y también se acercan las vacaciones y todo aquello que puede situarse en La Feliz, buscando un hueco disponible en la Bristol o en México disfrutando de un daiquiri y unas ruinas mayas de fondo (Si hablamos de vacaciones hay para todos los gustos y todas las economías). Esa es la parte linda, la que todos esperamos y todos anhelamos durante el año... pero también esta la otra parte de la “Temporada verano” en donde aparece el shortcito, la mini, el solerito, la bikini y todo este tipo de prendas que no dejan nada a la imaginación y ete aquí... las frases famosas y conocidas de siempre todas las mujeres (me atrevería a decir, del mundo) que dicen:
... que tengo celulitas, ... que mira las estrías acá, ... que la flacidez por allá, ... y que estoy blanca como un fantasma, etc etc etc (y así toda una larga lista de cosas que todos conocemos bien).

Seamos sinceras con nosotras mismas: Siempre nos encontramos algo y muchas veces lo que vemos no es realmente lo que tenemos. ¡Sí! Un mal común: La distorsión corporal. Siempre hay un par de kilos de mas, siempre hay un pocito que no gusta, siempre hay un color que no es el buscado, y ni hablar del conjunto, que lejos está de ser el soñado. Y ahí empieza esta carrera furiosa reparadora que nos lleva a hacer una interminable e incansable cantidad de cosas creyendo que en dos meses podemos llegar a quedar como Valeria Mazza en el desfile de Roberto Giordano en “Punta” en donde esta obviamente divina como siempre.

Obvio que todos los gimnasios, centros de estética, solariums y negocios afines están chochos de la alegría, porque ahora “Sí, entra la mosca” (todos entendemos este concepto, ¿no?)... Me imagino la siguiente escena, (Ojos cerrados y haciendo la siguiente imagen mental de la situación):
- Diez de la mañana del primer día en donde se inaugura la temporada de verano... Cientos de mujeres desaforadas esperando amontonadas en las puertas (aun con persiana baja) de todos los locales afines a la estética de la ciudad en donde nos encontremos en nuestra historia mental. Suena una especie de chicharra o campanada dando la señal de inicio. Empiezan a subir lentamente (mucha Slowmotion en la escena) las persianas con ruido a oxido... Mucho sol... las mujeres a los gritos empujándose para lograr un lugar mejor en la fila, tarjeta de crédito en mano (una total jauría)... se van abriendo las puertas de los negocios... las empleadas con planilla y birone en mano esperando deseosas... Alto despelote para enganchar las primeras promos, las primeras cesiones de cama solar, los paquetes de mesoterapia + drenaje linfático + vendas neocelandesas (o como sea que se llamen)... colapsa la economía... colapsan los posnet, cae internet... Todo esto termina rápido cuando todos los turnos de acá hasta el fin de febrero quedan cubiertos dejando solo algunos huecos disponibles para aquellas renegadas de la estética que se quedaron durmiendo o tomando mate en sus casas disfrutando del día y de cosas mas útiles y lindas (jaja, podría ser yo misma). -

La realidad es que, en 3 meses de gimnasio, no levantas la cola al nivel de la nuca, ni eliminas la celulitas, ni bajas tus “x” cantidad de kilos demás a los kilos esperados... ¿y saben porque no sucede eso? Porque la magia NO existe. Lo mas feo de todo esto es que, para cuando terminan las vacaciones, y una se encuentra prácticamente igual que siempre, se desmotiva y piensa lo siguiente:
- Al fin y al cabo, todo este esfuerzo no me sirvió para nada. Mah si, yo largo todo acá y listo!-
Y chau gimnasio, chau esteticista, chau cama solar etc etc... El año sigue su curso hasta esta misma época en donde otra vez comienza el panic atack y otra vez toooooodo esta bolonqui.

Yo recomiendo lo siguiente:
- O hacemos un cambio estructural real haciendo alguna actividad in eternum, y a eso le sumamos una buena alimentación y un cuidado un poco mas sensato, o no hacemos nada y dejamos de quejarnos de una vez por todas. –

Ay chicas! No es fácil ser mujer, pero no la compliquemos mas de lo necesario. Al fin y al cabo, con un poco de onda y un poco de amor, todo lo demás se arregla y se acomoda. Creo que nos miramos mas de la cuenta, nos auto castigamos mas de la cuenta, nos boicoteamos mas de la cuenta, y en ese afán de querer ser hermosas, sexies, divinas etc, nos olvidamos de vivir... y se pasa el verano, y se pasa la vida.

Pero si!!! ponete la bikini, ponete el shortcito, o ese vestidito que tanto te gusta pero no te animas porque estas blanca como un fantasma, o porque no estas del todo como quisieras... ¿realmente te vas a privar de usar esa mini que tenés guardada hace 2 veranos porque no tenés el color en la piel que quisieras?... ¡No! dejate de hinchar... Y si alguien te mira, no pienses que es porque te queda mal o estar fea o cualquiera de esas cosas... sino pensá que es porque estas divina, y quizás la otra esta pensando igual y tampoco se anima a alguna otra cosa... Mira si le servís de ejemplo para el cambio... y en esta cadena de favores estéticos, empezamos a liberar un poco la cabeza y sin tanto prejuicio empezamos a disfrutar un poco mas de las cosas lindas, de un rico helado, de un poco de sol en una plaza y finalmente: Unas lindas vacaciones, bikini en mano.


La hice larga, ya se... pero solo porque me gustaría vivir en una sociedad menos prejuiciosa y mas feliz.