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Buenos Aires I - La leyenda de Felicitas Guerrero de Alzaga

Felicitas Guerrero de AlzagaBuenos Aires esta lleno historias y mitos urbanos. Muchas de estas historias son super interesantes. Personalmente, son unas cuantas las que me gustan. He leído e investigado bastante de algunas de ellas. Inclusive, hace unos años atrás, me di un paseito por una Estancia situada en Domsellar que había sido de Felicitas Guerrero, protagonista de uno de los dramas pasionales más conocidos de la sociedad porteña del siglo pasado. Aquí va su historia.

Felicitas, era la hija de un inmigrante español, catalogada ya desde su juventud como una de las jóvenes más bellas de la Ciudad. Cuando los jóvenes de las familias más aristocráticas empezaron a cortejarla, su padre decide entregarla en matrimonio a Don Martín Gregorio de Álzaga, un hombre de 65 años de edad, hacendado y dueño de gran parte de las estancias de Buenos Aires. Aquí entra en la historia Enrique Ocampo, un hombre de la alta sociedad porteña; quien amaba a la jovencita en secreto. De este matrimonio nació un niño llamado Félix, quien muere en 1869. Al año siguiente muere también su marido quedando así, con aproximadamente 25 años de edad, una viuda rica y acaudalada.

Empieza a ser asediada por gran cantidad de pretendientes, entre ellos Enrique Ocampo quien cree que está en su momento ideal para enamorar a la muchacha. Pero Felicitas, luego de cumplir con un riguroso luto, conoce a Samuel Sáenz Valente en una reunión y ambos quedan profundamente fascinados. No tardó en nacer una relación amorosa que terminaría en el altar.
Enrique Ocampo, terriblemente angustiado con la noticia de perder nuevamente a la mujer amada, visitó a Felicitas para mostrarle su disconformidad y en un arrebato pasional, le disparó por la espalda, quien malherida cayó instantáneamente al suelo. Enrique, al darse cuenta de lo que había hecho, se pegó un tiro en la cabeza muriendo al instante. Los cuerpos fueron encontrados por el primo de Felicitas, Cristian De Marías, el cual se dio cuenta que ella aún estaba con vida.

Felicitas Guerrero de Álzaga murió tres días después luego de una intensa agonía, el 30 de enero de 1872 a los 26 años de edad. La fortuna pasó a manos de sus padres, los cuales construyeron en honor a su hija una capilla en el lugar donde ocurrió el pasional asesinato. La Iglesia de Santa Felicitas se inauguró el 30 de enero de 1876 en el barrio de Barracas.

Son numerosos los relatos de los vecinos que afirman que el fantasma de Felicitas vaga por la iglesia y todos los 30 de enero se la puede ver llorando tras la rejas de la entrada. Otros afirman que las campanas suenan inexplicablemente estando la iglesia vacía. Hay una escultura de Felicitas y su hijo Félix en el interior de la iglesia, a la cual se le atribuye el poder de traer la desgracia a quien intente besarla. También es común el mito que dice que el que toque las rejas de la entrada, recuperará a su amor para siempre.

Quienes viven en Buenos Aires, pueden visitar la iglesia de Santa Felicitas que está sobre la calle Pinzón 1480, en el barrio de Barracas, frente a la Plaza Colombia. Los restos de la joven se encuentran allí sepultados. También se puede visitar la estancia “La postrera”, ubicada en la localidad de Domselaar. A 58 Km. de Bs. As. Y a 45 Km. de La Plata, también propiedad de la Familia Guerrero. No solo se puede recorrer la casa sino también escuchar la historia contada por la propia familia. La experiencia es extraordinaria y la energía del lugar, única.

Espero que la historia les haya gustado. Próximamente, les cuento otra.