Ir al contenido principal

Un viernes como tantos otros...

Florida estaba atestada de gente. Unos que iban, otros que venían... algunos que no lo sabían... Vendedores que ofertaban sus productos a viva vos, y los ya pintorescos puestos en medio de la calle, tan diversos como los transeúntes que pasan, miran y piensan que se pueden "comprar". Entendamos por comprar: Comprar esas cosas que claramente uno sabe que no necesita y posiblemente nunca necesitara, pero las termina comprando porque si.

Mientras caminaba de regreso a mi trabajo, y veía toda esta secuencia de gente revuelta, pensaba: Ya es viernes, según dijeron en los medios, el día mas frío del año. El cielo esta celeste como nunca, y si camino por donde el solcito apremia, no hace tanto frío como todos dicen. En un rato, me libero de una nueva semana laboral, y ya me adentro a un viernes con, posiblemente: Cine, cena rica, unas cervecitas para compartir, y mañana ya comienza el sábado, con toda esa cantidad de horas para hacer, si uno lo quisiera: Nada. ..

Así mi cabeza divagaba muy suelta de mente, y para cuando me quise dar cuenta, ya estaba en la entrada del edificio con la tarjetita lista para entrar. Entonces fue cuando me di cuenta (no es la primera vez que me doy cuenta de esto pero esta bueno tenerlo presente) que cuando uno esta pensando en las cosas que realmente le importan, cuando tiene proyectos, cuando esta tranquilo porque sabe que esta haciendo las cosas bien y no hay nada que ocultar, cuando se siente acompañado, y cuando tiene claro que muchas de las cosas que pasan son porque uno moldeo un poco la plastilina y le dio forma linda, entonces, que mas se puede pedir. Al fin y al cabo, toda la búsqueda, todo el camino, toda la malasangre que nos hacemos en la vida (corta por cierto) es porque queremos ser felices (cada uno sabrá como) pero es eso. El resto llega solo. De que sirve la fortuna si no somos felices, de que sirve el millón de personas al rededor si no tenemos un amigo que nos abrace cada tanto, de que sirven los sueños si no los podemos compartir...

Alguna vez creí que las cosas eran diferentes, que uno podía solo con el mundo... así experimenté el viajar, el vivir, el crecer... Hoy, después de haber probado todo eso mismo pero estando acompañada de gente hermosa, me doy cuenta que no hay nada mas lindo que poder mirar a otra persona a los ojos y sonreír disfrutando lo que sea: la música de un recital, la soplada de velitas en algún cumpleaños, una escena en un cine, o cualquier otra cosa...


La verdad, empecé escribiendo esto pensando en lo caótico que puede ser Buenos Aires un viernes al mediodía, y termino escribiendo esto pensando en todos ustedes (ustedes saben quienes son) que siempre están, no importa si cerca o lejos, y como por arte de magia me dan todas esas razones para vivir y seguir siendo un poquitito mas feliz a cada momento.

Antes de que se me piante un lagrimón, les digo Gracias!
Brindo por todos y para todos. Buen fin de semana