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Mi Buenos Aires

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Buenos Aires es una ciudad que nos regala a diario sensaciones muy pocas veces comprendidas. Su gente misteriosa como tanguera, su gente perdida, su gente caminante, su gente dormida, el canillita que madruga y ofrece su vida en un grito entrecortado entre autos y colectivos que intentan llegar a algun lugar, el pibe que se levanto temprano para ir al laburo y va masticando ese pedazo de medialuna que le dejo la vieja en la mesa con el cafecito con leche recien preparado, pensando en como sera el dia de hoy, las miles de hormigas microcentristas que vienen y van, que entran y salen, que se pierden, se encuentran y se vuelvan a perder. El loco, el ciego, el curda, la suicida, el tren...

Buenos Aires, mi Buenos Aires querido... cuanto te quiero, cuanto te odio (a veces). Cuantas veces quice abandonarte y no pude, cuantas veces volvi a vos con la cabeza gacha, con lagrimas en los ojos, con resignacion, hasta con culpa. Y si te amenazo, te pido perdon, pero es que a veces es mas fuerte, pero se que no sos vos. Soy yo, quizas, porque no me acostumbro a despertar cada mañana y encontrarte siempre tan dispuesto a la codicia, al desencanto, a la podredumbre, al smog... Pareciera que todo lo permitieras, que no te importaran los pibes aspirando pegamento en la plaza, ni los viejos reclamando lo que les quitaron, ni la que espera en la esquina a ese amor que nunca llega, ni el que quizo ir pero no fue porque creyo que era lo mejor. A veces no comprendo el porque de los sucesos, ni el comportamiento absurdo de la mayoria de la gente, aun sabiendo que hay otra tanta que sale de la bolsa del monton intentando cambiar algo. Y te miro y te escucho, y te huelo, y te siento. Lloro, me acurruco, me rio, tiemblo, sale el sol y me desperezo, me cargo de vos, me ilumino. Cae la lluvia y me congelo, pero te siento. Tu llanto me toca, me hace sentir viva, me inunda pero no me ahoga. Y por las noche, te recorro sin miedo, sin temor, sin espanto. Te piso y te lastimo, y me dejas a oscuras en las noches sin luna con tus focos rotos, pero igual sigo. El que no sigue es un cobarde me dijiste alguna vez. El que sigue tambien es un cobarde. Vos me entendiste y te largaste a reir. Despues te fuiste. Diste media vuelta, y caminaste seguro. Y te llore tanto tanto que se me retorcieron las tripas y vomite una infinidad de sentimientos en la estacion sin trenes. A esa hora ya no pasan los trenes. Crei que nunca mas volverian a pasar.

Buenos Aires, mi lindo Buenos Aires, donde estas?

Yas - 27/01/07

Comentarios

  1. revisando leo lo que escribis y a pesar de no verte muy seguido me diste tanto en esos ratos de mate y compañia esa separacion mia esa tuya y eso que nos une que es musica arte y ganas de respirar atravezando el humo de la indiferencia gotas de luna gotas de lluvia y el sol saldra por vos todo que amas siempre volvera todos alli estaran para vos gracias yas

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Yas