
Muy tranquila y contenta en la silenciosa noche, me acomode en un lugar de vista privilegiada como el que fortuitamente tenia anoche, y presencie todo el fenómeno, desde el asomo del primer destello de sombra hasta que la luna estaba totalmente cubierta por ella, regalándonos ese color anaranjado tan especial...
Contenta me volví a la cama, ya cuando la sombra comenzaba a dejar la superficie... pero igualmente (sin querer perderme nada) prendí la tele para seguir el minuto a minuto del fin del eclipse. Me quedé dormida con esa hermosa imagen en la cabeza.
Hoy, al despertar, tuve un destello de lo que había soñado. Yo, mirando desde una terraza muy pero muy alta con baldosas blancas y negras como si fuera un tablero de ajedrez, un eclipse lunar que sucedía mas rápidamente que lo habitual y la luna protagonista, de un tamaño similar al de una horma de queso gruyere gigante...
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Yas