Yasmin Codini Blog

Mañana arranca Diciembre y con Diciembre, se acercan las fiestas, mi cumpleaños, fin de año, el arbolito, los regalos, el pan dulce (si es sin frutas abrillantadas mejor), el vittel tone, la garrapiñada, las pasas de uva... también todos los ritos para la cena navideña, para despedir el año, las canitas voladoras, la bombacha nueva color rosa, la sidra o el champaña (depende el gusto de cada uno), el pollo relleno (que rico el pollo relleno), la ensalada rusa... Los animales revolucionados con los cohetes... la gente revolucionada porque no llega a hacer las compras... o porque no consiguió los regalos que quería (obvio porque salio a ultimo momento a comprar todo y los negocios generalmente son un caos)... Otro tema son las mujeres y la ropa... y el famoso – que me pongo - A veces me pregunto porque cuando las fiestas se pasan en casa y en familia, una igual quiere estar divina como si estuviera en un hotel 5 estrellas lista para salir a bailar un vals... y para nosotros es verano...

¡Me encanta la publicidad! Cuando estoy mirando televisión, a diferencia de muchos que hacen zapping para evitarla, yo me detengo a verlas... les presto atención, me río, me emociono, me indigno... todo lo que una buena o mala publicidad me puede llegar a transmitir. Me gustan, me divierten... Ni hablar de las gráficas... su realización, las imágenes usadas, la iluminación que usan para resaltar tal o cual cosa, los efectos, las genialidades compositivas... Una publicidad es arte puro. Ojo, así como están las genialidades, esas publicidades recordadas, brillantes en todo su esplendor, también están las otras que no dejan nada, o que como vienen también se van y se olvidan con facilidad. Hay una nueva, que esta siendo emitida actualmente que no logro comprender... Si bien sé que su fin es vender un par de galletitas, no entiendo el porqué de la forma en que lo hacen en esta publicidad. Puntualmente, hablo de la publicidad de Cerealitas semillas. Esa en donde un muchacho agarra un paquet

Si ustedes se pensaban que este tema iba a quedar ahí... se equivocan señores. Este es un tema muy importante ya que no es pavada andar llamando a las cosas por un nombre que no les corresponde. Un ejemplo burdísimo seria hacer la traducción de una cosa X: Ejemplo: “apple”. Todos sabemos que apple significa “manzana”. Ahora, ¿que pasa si yo en vez de llamarla manzana, la llamo Zapatilla? Nooo..., esta mal, es incorrecto... Así es como las cosas pierden su sentido original. Bueno, eso es lo que esta pasando con las traducciones ingles – castellano. Vamos a meternos un poco mas en el tema puntual que tanto me preocupa: El arte, y digo arte porque esta aberración no solo abarca los títulos de las películas extranjeras sino también algunas otras cosas como ser títulos de algunos libros, las traducciones de los diálogos de las películas, etc... ¿De donde sacó, el que tradujo el titulo de la película “The ring”, que eso significa “La llamada”? Por ahí leyó “ring” y la onomatopeya lo llevo al

¿Quien es el hijo de re mil "#$%&/ que hace las traducciones de los títulos de las películas extranjeras? Les dejo como ejemplo, una peli que vi el otro dia y el que me colmo la calma que venia teniendo con este tema... El título original es: Revolutionary Road El título en español es : Sólo un sueño Una cosa de locos!

Tengo un tema con las bandas tributo. No puedo entender el motivo por el cual un grupo de músicos se juntan y arman una banda tributo. A ver, vamos de a poco... Yo entiendo que uno, siendo músico, admira a otros músicos. Y esta admiración a veces lleva a querer tocar temas de esos músicos de admiración. Ahí nacen los “couvers”, recurso tan bien utilizado por muchos. A veces, estos couvers pueden ser replicas exactas de sus versiones originales y otras veces no, siendo así reversiones mas interesantes, ajustadas a un estilo mas propio. Hasta ahí, todo bien. Ahora, mi pregunta es la siguiente: ¿Cuál es el sentido de tener una banda que imita en todo (y cuando digo en “en todo” significa en todo todo, léase: ropa, música, forma de cantar y tocar, fotografías sacadas iguales a los registros originales, mismos instrumentos, muletillas... o sea “todo”)? Otra pregunta: ¿Cuál es el placer de ser la copia exacta de otro? ¿No se dan cuenta que por mas que sean la mejor copia de todas las copias

Ayer, luego de haberme encontrado con una amiga a tomar un cafecito, me quedé pensando en las malas rachas... Ella esta pasando por una. Me dio la sensación que las malas rachas son algo así como una bola de nieve, que comienzan provocadas por alguna situación x y si no son neutralizadas en un origen, pueden llegar a ser como una fuerza gigantesca y aplastadora. Una cadena de sucesos pequeños que terminan desembocando en una catástrofe total. Todo esto hace que uno sienta que esta meado por un tiranosaurio rex macho alfa muy grande! La pregunta que me surge en un momento así es: ¿como se hace para cortar la mala racha? y yo me pregunto también, como amiga: ¿que puedo hacer para ayudar y lograr de alguna forma que esta mala racha termine dejando tranquila a mi amiga para que pueda volver a su vida normal?. Me la pasé pensando y pensando... y la verdad: Nada, no se me ocurrió nada. Sensación terrible como pocas. Supongo entonces que la cosa puede venir por el lado de las energías. Cuando

Siguiendo con las historias que viven en Buenos Aires, acá les cuento otra: Luz María García Velloso era hija del dramaturgo Enrique García Velloso. Murió de leucemia cuando tenía 15 años, en 1925. En el cementerio de la Recoleta, a la derecha de la avenida principal se encuentra su escultura, de tamaño natural y muy hermosa. Se la puede ver dormida en su lecho bajo un crucifijo. Su madre, deprimida después de la muerte de la hija, obtuvo permiso especial para permanecer junto a esta tumba por las noches. Durmió durante meses a los pies de la imagen, en un pequeño espacio detrás de las rejas. A Luz María se le atribuye el protagonismo de una de las leyendas urbanas más populares, llamada “La Dama de Blanco”. Todo comienza en la esquina de Vicente López y Azcuénaga, tras el cementerio de la Recoleta. Allí es donde comenzó la historia de amor y locura de un hombre hijo de la aristocracia porteña, en 1930. Cuenta la leyenda que una noche de viernes, el muchacho vio sentada en esta esquina